La Asociación Bernardo de Gálvez y Gallardo, Conde de Gálvez, fundada el año 2008, es una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es rescatar del olvido tan egregia figura de la Historia de España. Durante el reinado de Carlos III desempeñaron también puestos clave en la gobernación de nuestra Patria su padre Matías y sus tíos José y Miguel.
La Asociación se constituyó para desarrollar el Proyecto que los Académicos Francisco Cabrera y Manuel Olmedo presentaron el año 2006 en la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, y para ello ha contado desde entonces con el decidido apoyo del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Málaga y el respaldo del Foro para el estudio de la Historia Militar de España.
Nuestra Asociación tiene como emblema el mote YO SOLO, que el rey Carlos III concedió a Bernardo de Gálvez para su blasón en recuerdo de la gran hazaña de Panzacola, por la que recibió la merced de Conde de Gálvez. Junto a la Bandera Nacional de España figuran las de México y Estados Unidos, como testimonio de la huella que Bernardo de Gálvez dejó en lo que fueron territorios españoles de ambas naciones en el último tercio del siglo XVIII.
En el año 2008 Manuel Olmedo localizó en el Archivo de Indias un singular documento: la carta dirigida en diciembre de 1779 a Bernardo de Gálvez por Oliver Pollock, patriota norteamericano de origen irlandés y representante del Congreso en Nueva Orleans. En ella le solicitaba que le permitiese encargar un retrato para enviarlo al Congreso, que quedaría allí colgado en agradecimiento a la extraordinaria ayuda que España estaba prestando a la Revolución Americana y en reconocimiento a las importantes victorias que Gálvez había obtenido sobre los británicos en la campaña del Misisipí.
Posteriormente, en el año 2009, Manuel Olmedo localizó en los Archivos Nacionales de Estados Unidos otros dos importantes documentos directamente relacionados con el anterior: el primero una carta presentada al Congreso por Oliver Pollock, fechada el 8 de mayo de 1783, a la que acompañaba un retrato de Bernardo de Gálvez solicitando que se colgase. Aquél día se cumplía el segundo aniversario de la decisiva victoria lograda en Panzacola por Bernardo de Gálvez.
El segundo documento es el escrito firmado al día siguiente por el Presidente del Congreso en el que le comunicaba que la petición de Pollock había sido aceptada.
Los citados documentos fueron dados a conocer el año 2010 en un artículo publicado por María Luisa Pernía y Manuel Olmedo en el nº XX de la revista Péndulo, que edita el Colegio de Ingenieros Técnicos de Málaga.
Pero la publicación del citado artículo no alcanzó ninguna trascendencia, a pesar de que posteriormente realizamos repetidas llamadas de atención en diversos estamentos dado que albergábamos la convicción de que se que realizamos para que un episodio tan singular mereciera atención por parte de alguna institución de España o de los Estados Unidos.
Pasaron así casi cuatro años sin que se alcanzara resultado alguno pero también sin que la Asociación perdiera nunca la esperanza de alcanzar el importante objetivo que suponía lograr que el retrato de Bernardo de Gálvez llegara a colgarse en el Capitolio, más de dos siglos después de haberlo así acordado el Congreso norteamericano.
Por fortuna en marzo del año 2013 se produjo un hecho providencial, cuando el asunto fue conocido por Teresa Valcarce Graciani, nacida en Ferrol, de padres malagueños, que tiene la nacionalidad norteamericana y que vive y trabaja en Washington.
Teresa Valcarce se interesó por tan interesante y desconocido episodio histórico, y a partir de entonces y llena de entusiasmo ante la singularidad del caso, comenzó las oportunas indagaciones al objeto de averiguar el actual paradero de aquel olvidado retrato, con el fin de que se cumpliera la voluntad expresada hace más de 231 años por los Padres Fundadores de los Estados Unidos.
Pero ni las averiguaciones hasta entonces realizadas por Manuel Olmedo ni las posteriores que a partir de entonces practicó Teresa Valcarce dieron resultado alguno: se desconoce si el retrato llegó a ser colgado y no se encontró referencia alguna que permitiera conocer el actual paradero del citado retrato.
En el mes de mayo Teresa Valcarce logró interesar en el caso al congresista por Maryland Chris Van Hollen a la vez que comenzó a difundir en Estados Unidos tan singular episodio histórico, que a medida que fue siendo conocido por distintos colectivos sociales y culturales españoles y norteamericanos despertó un creciente interés.
Dado que nada se sabe del cuadro que Oliver Pollock presentó en el Congreso en 1783, la Asociación decidió donar un retrato de Bernardo de Gálvez al Pueblo de Estados Unidos al objeto de colaborar en el cumplimiento del acuerdo tomado por el Congreso.
En Málaga la familia De Haya-Gálvez conserva un magnífico retrato de Bernardo de Gálvez, pintado en 1784 por Mariano Salvador Maella. Gracias a la gestión que realizó el periodista Alfonso Vázquez, la Asociación propuso al pintor malagueño Carlos Monserrate que realizara una copia del citado óleo de Maella, a lo que accedió gustosamente comprometiéndose a pintar dicha copia sin coste alguno.
A mediados del mes de enero Teresa Valcarce tuvo que modificar el rumbo de sus gestiones para poder alcanzar el objetivo perseguido, tras haber expuesto el caso al senador Robert Menéndez, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado norteamericano.
Posteriormente la iniciativa de Teresa Valcarce atravesó un momento álgido cuando se hizo necesario conseguir el adecuado respaldo popular a su petición, que le fue solicitado de forma urgente en Washington por la oficina del senador Menéndez a las 16,00 horas del día 17 de enero del presente año 2014.
A las 12,00 horas del siguiente día las gestiones que realizaron Teresa desde Washington y la Asociación Bernardo de Gálvez desde Málaga permitieron lograr más de 4.400.000 adhesiones de España y de Estados Unidos, con las que la petición quedó plenamente apoyada.
Desde entonces la publicación de numerosos artículos de prensa en distintos medios ha contribuido decisivamente no sólo a que en ambas naciones se haya conocido tan singular asunto, sino que también han logrado despertar un generalizado interés por la egregia figura de Bernardo de Gálvez que, para muchos, hasta hoy era prácticamente desconocida.
Como muestra del favorable eco despertado la Diputación de Málaga encargó una estatua de Bernardo de Gálvez al escultor y académico Jaime Pimentel, que fue colocada el pasado 25 de abril en Macharaviaya, pueblo natal del gran héroe malagueño.
Y el Ayuntamiento ha encargado al citado artista un monumento a los Gálvez, que se erigirá en un singular espacio de Málaga, ocupando el interior de una gran fuente ornamental, en una singular e importante encrucijada urbana y excepcionalmente orientada hacia el Mar, aceptando la propuesta y el lugar propuestos por nuestra Asociación.
Entre otras numerosas iniciativas hemos propuesto también que en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Málaga se coloque una lápida que recuerde lo mucho que los hermanos José y Miguel de Gálvez hicieron por nuestra ciudad, a los que en su época el Cabildo Municipal nombró Regidores Perpetuos en reconocimiento a sus permanentes desvelos por el progreso y el desarrollo de nuestra población.
Desde el Gran Capitán a comienzos del siglo XVI hasta el general O'Donnell en comedio del XIX, Bernardo de Gálvez es el único general español que ha ganado una guerra. Sus victorias estuvieron inspiradas en esos principios inmutables que son la voluntad de vencer, la acción de conjunto y la sorpresa, luchando contra fuerzas muy superiores. El poeta Virgilio ya lo dejó escrito hace 2.000 años: Potest quia potere volentum: pudo porque estaba seguro que podía.
A lo largo de sus 24 años de brillante carrera militar Bernardo de Gálvez logró superar las desastrosas consecuencias de cuatro huracanes y recibió seis heridas en acciones de guerra contra apaches, argelinos e ingleses. Tras alcanzar el empleo de teniente general fue nombrado virrey de Nueva España, cargo que desempeñó con gran eficacia y actividad distinguiéndose por la protección hacia el pueblo mexicano. Desgraciadamente finó sus días el 30 de noviembre de 1786, cuando acababa de cumplir 40 años, tras padecer durante los últimos 9 de su vida una grave enfermedad crónica, que sobrellevó con estoicismo y resignación cristiana.
Sus restos descansan en la iglesia franciscana del Colegio Apostólico de San Fernando, en la ciudad de México. Allá, una gran lápida de bronce colocada en el mes de agosto del año 2008 lo recuerda hoy, gracias a la iniciativa de la Real Academia de Bellas Artes de san Telmo, del Colegio de Ingenieros Técnicos y de nuestra Asociación, como permanente testimonio de homenaje a su memoria.
No es coincidencia que, del mismo citado Colegio Apostólico de San Fernando, partieran los frailes franciscanos al frente de los cuales iba Fr. Junípero Serra, en la expedición que para la evangelización y colonización de la Alta California organizó Don José de Gálvez, tío de Bernardo, cuando ejercía el cargo de Visitador de la Nueva España, encargado por la Corona de sanear y reorganizar la administración del más importante Virreinato de las Indias.
Los Premios Bernardo de Gálvez -representados por una estatua del escultor y académico Jaime Pimentel- constituyen un reconocimiento a quienes se han distinguido especialmente por su destacada e importante contribución al fin principal de nuestra Asociación: recuperar la insigne memoria del gran héroe de España.
El primero de ellos se otorgó a S.M. El Rey D. Juan Carlos I, pionero en tan noble iniciativa, que en el año 1976 entregó una gran estatua ecuestre de Bernardo de Gálvez al Pueblo de los Estados Unidos al cumplirse el segundo centenario de la Declaración de Independencia.
En las ediciones 2ª y 3ª el Premio se le concedió a D.ª Teresa Valcarce Graciani y a D. José María Espinosa de los Monteros Jaraquemada, Presidente del Foro para el estudio de la Historia Militar de España, y les fueron entregados en un solemne acto celebrado el día 11 de junio del presente año.
Las gestiones realizadas por Teresa Valcarce en Washington, que han supuesto una esforzadísima tarea, han concluido felizmente: el pasado 17 de julio el Comité de Ética del Senado aceptó la donación del retrato, que ahora está pendiente de ser aceptado por el correspondiente Comité de Arte.
Esta iniciativa ha sido exclusivamente española y ha sido liderada y conseguida por españoles. Nuestra Asociación, con la fuerza que suponía el inapelable recurso de unos importantes documentos históricos y con la providencial incorporación a la causa de Teresa Valcarce Graciani, ha logrado una meta que desde el principio sabíamos que era muy difícil alcanzar y que ha requerido esfuerzos personales extraordinariamente importantes, que han sido apoyados por distintos colectivos de España y de Estados Unidos.
Pero hay otra iniciativa norteamericana, liderada por el congresista Jeff Miller, que indudablemente se ha visto avalorada por la gran y positiva trascendencia que ha alcanzado el tema del retrato. Se trata del nombramiento de Bernardo de Gálvez como Ciudadano Honorario de los Estados Unidos, algo que sólo han recibido hasta ahora siete relevantes personalidades.
Para cuantos formamos la Asociación Bernardo de Gálvez, estos importantísimos reconocimientos han supuesto una enorme alegría, porque hemos alcanzado la satisfacción de haber cumplido el deber moral al que nos obliga nuestra condición de españoles amantes de España y de nuestra Historia.
Colgar el retrato de Bernardo de Gálvez en el Capitolio supondrá cumplir 223 años después la voluntad de los Padres Fundadores y también tributar un singular homenaje a un héroe compartido entre España y los Estados Unidos y un importantísimo reconocimiento a la extraordinaria ayuda que nuestra Nación, durante el reinado de Carlos III, prestó a la Independencia norteamericana.
Málaga, septiembre de 2014