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Manuscrito nº 10639 de la Biblioteca Nacional de España

NOTA IMPORTANTE SOBRE EL CONTENIDO DE ESTE TOMO DE LA

BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA

Este tomo está catalogado como Manuscrito 10639. En realidad contiene, y por este orden, un manuscrito incompleto sobre María Josefa de Gálvez Valenzuela y otro completo, firmado por el Rey Carlos III el 12 de noviembre de 1781 y refrendado por José de Gálvez: la real cédula por la que se le concedió a Bernardo de Gálvez y Gallardo el título de Capitán General de la Luisiana y Florida Occidental.

Sigue luego un impreso de las reales cédulas con la concesión de Título de Castilla con la denominación de Conde de Gálvez y otro impreso más, firmado por Ramón Zazo y Ortega, con la explicación de su escudo de armas. A continuación figura un oficio firmado el 2 de diciembre de 1782 por Mateo de Villamayor, Coronel de Artillería, del Consejo de Guerra, en el que se alaba la inteligencia y la perspicacia demostradas por Bernardo de Gálvez cuando, tras la rendición de Panzacola en 1781, se produjo una fuerte polémica entre los mandos ingleses prisioneros por causa de una revuelta –rápidamente resuelta– que se produjo en Natchez, rendida a Bernardo de Gálvez en 1779.

Por último el citado libro contiene dos copias de la descripción del blasón de José de Gálvez, ambas firmadas por Ramón Zazo. Como dibujante figura Luis de Oxeda, que lógicamente debió ser también el pendolista de estos documentos.

Este tomo es uno de los casi 25000 digitalizados que pueden ser descargados gratuitamente desde la Biblioteca Digital Hispánica. Por ello podemos ponerlo hoy a disposición de nuestros socios y amigos.

Ramón Zazo y Ortega era por entonces Rey De Armas, es decir el genealogista oficial del reino de España. Su trabajo consistía en mantener el registro de blasones y diseñar los correspondientes a los nuevos títulos que la Corona fuese concediendo. Estos documentos eran auténticas joyas caligráficas. Consecuentemente el Rey de Armas era quien, a la vista del currículum presentado por la persona interesada, desarrollaba un complejo proceso de averiguación y comprobación, consultando e investigando sobre los antecedentes de quienes, en reconocimiento a su trayectoria, habían sido agraciados con un título nobiliario.

Uno de los muchos trabajos de Zazo, un precioso manuscrito realizado el año 1766, conservado en la Biblioteca de Asturias y que puede verse en la Virtual del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, comenzaba así:

Don Ramón Zazo y Ortega, Chronista y Rey de Armas Universal en todos los Reynos, y Señoríos de la Magestad Catholica del Señor Don Carlos rey de España y Emperador de la América, Tercero de este Nombre, nuestro Señor que Dios guarde: certifico a los que la presente vieren que en los Libros de Armería, Memorias, Nobiliarios, Minutas, Historias, Listas y Copias de Linajes Nobles que paran en el Archivo de mi cargo donde parece y consta el origen y antigüedad, Nobleza y Armas de las familias de España, y fuera de ella, entre las más exornadas de lustrosas preherrogativas y notorio explendor se hallan las de los Ilustres Apellidos de Baldés, La Llera y Evia, su origen Armas y Blasones en la forma siguiente… .

Esta fórmula era la usualmente consignada en documentos similares, y como muestra de ello reproducimos ahora tres imágenes de otro manuscrito de la Biblioteca Nacional: la “Certificación de los apellidos Olano y Pablo…”, realizada igualmente por Ramón Zazo. Con ella recordamos ahora a quien fue nuestro querido amigo D. César Olano Gurriarán, que por desgracia ya no está entre nosotros pero siempre en nuestro recuerdo, y al que siempre deberemos cuanto hizo por quien estas líneas escribe.

Respecto a la Real Cédula por la que Bernardo de Gálvez fue agraciado con la merced de Título de Castilla con la denominación de Conde de Gálvez, que se conserva en la Historical Society of New Orleans. Zazo, con la información que ellos aportaron, redactó los expedientes de Bernardo y posteriormente también el de su tío José. Conviene recordar que la publicamos el año 2018 en la obra “Don José de Gálvez y los Gálvez de Macharaviaya”, que con esta misma fecha ponemos también a disposición de todos cuantos visitan nuestra web.

El primer e incompleto documento de este libro corresponde a la genealogía de María Josefa de Gálvez y Valenzuela, hija de José. Lo realizó igualmente Zazo en 1785. Por fortuna pudimos conseguir hace ya bastantes años tres imágenes de otro documento que se conserva –igualmente incompleto– en el Museo Diocesano de Valladolid, cuyo título es “Blasón y ascendencia de María Josefa de Gálvez y Valenzuela”.

Está fechado en 1785, cuando María Josefa tenía 8 años de edad, y fue encargado por su madre a Zazo, siendo también Luis de Oxeda el pendolista que lo escribió.

La primera de las tres citadas imágenes es el árbol de la esposa de José de Gálvez, que ocupa dos páginas, y del que también acompañamos –ampliado– el trozo inferior central. El segundo es el blasón de María Josefa. Y el tercero un conjunto de retratos (casi en su totalidad imaginarios) de los ascendientes de María Josefa por línea materna. Sin embargo son claramente reconocibles los rostros de su primo hermano Bernardo de Gálvez y de su esposa Felícitas de Saint Maxent.

No debemos terminar esta nota introductoria sin referirnos, una vez más, al apellido “Madrid” que Zazo determinó como una de las cuatro “varonías” de los Gálvez en el estudio genealógico que, por encargo de Miguel de Gálvez, hermano de Matías, de José y de Antonio, concluyó el 12 de diciembre de 1771. Con este documento los 4 hermanos Gálvez vieron reconocida su condición de “hijosdalgo”. Como indica Zazo, para ello Miguel le facilitó 89 “instrumentos”, es decir ejecutorias, cédulas y provisiones reales, pruebas y justificaciones de nobleza, partidas de bautismo, de casamiento, testamentos …Este expediente, del que tenemos copia manuscrita, fue luego impreso. Junto a estas líneas reproducimos la cubierta del ejemplar que posee nuestra Asociación.

Pero volvamos al apellido Madrid. Hacia el año 1640 un antepasado de los cuatro hermanos Gálvez pero por línea materna, cuyo nombre era Juan de Madrid y Gallardo, decidió suprimir su primer apellido, desconociéndose el motivo que le llevó a ello. A partir de entonces adoptó Gallardo como primer apellido, que fue el que llevó toda su descendencia.

Zazo, al escoger las 4 “varonías”, es decir los 4 apellidos más importantes de la ascendencia por línea de varón, escogió Gálvez, García, Madrid y Cabrera. Es decir: obvió Gallardo, Postigo, Jurado, Eslava, Carvajal, Izquierdo, Rueda, Aragonés, López, Rodríguez… Parece lógico deducir que eligió el apellido Madrid considerándolo un timbre de prestigio. Pero no debo continuar por este camino, porque no en balde a la disciplina que se ocupa de todo lo que abarca la heráldica y de la genealogía se la conoce como Ciencia del Blasón… y no es el caso de quien esto escribe.

Pero lo que queda meridianamente claro, a la vista de las partidas de bautismo, es que el segundo apellido de Bernardo –y de su padre y sus tíos– era Gallardo, y con él firmó muchos documentos el Héroe de Panzacola. Y otro detalle: en el árbol genealógico de Miguel de Gálvez, conservado en el expediente de pruebas de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, instituida por real orden de fecha 19 de septiembre de 1771, junto al apellido Gallardo aparecen dos palabras: vere Madrid. Con ello Miguel quiso dejar claro que su segundo apellido era Gallardo pero que vere,–es decir: realmente– antes que Gallardo Madrid fue el primer apellido.

Por otra parte hay que señalar que la labor de Zazo no fue difícil, porque previamente la misma documentación había sido presentada por Miguel de Gálvez en la Real Chancillería de Granada, cuya sala de Alcaldes del Crimen y de Hijosdalgo, el 16 de septiembre de 1771, y apoyándose en tal cúmulo de documentos, dictaminó que los Gálvez eran Hidalgos de Sangre, cuyos antepasados sirvieron a la Corona tanto en la guerra que concluyó con la toma de Granada como en la guerra de las Alpujarras.

Gracias a nuestros buenos amigos D. Francisco Luis Díaz Torrejón, de Granada, y D. Antonio Carmona, de Antequera, tenemos copia del dictamen y de la resolución de la Real Chancillería de Granada. Este expediente fue incoado a instancia de Miguel de Gálvez –porque José estaba en Nueva España– atendiendo quizá al próximo ingreso de su hermano mayor en la Real Orden de Carlos III, ya que fue uno de los elegidos por el Rey para constituir el grupo fundador de su Orden.

Años más tarde, siendo ya Ministro Universal de Indias, y acabada ya la guerra de Independencia de Estados Unidos, el día 1º de abril de 1783, en reconocimiento a sus muchos méritos, José de Gálvez fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Carlos III, al igual que el Conde de Floridablanca, y precisamente en el mismo día que su sobrino Bernardo de Gálvez recibió el título de Conde de Gálvez.

Dos años más tarde, el 25 de agosto de 1785, a José de Gálvez y Gallardo el Rey le concedió el título de Marqués de Sonora y, en cumplimiento de lo que entonces era preceptivo, el 9 de octubre siguiente recibió el previo de Vizconde de Sinaloa. No se merecía menos quien fue un honrado, fiel y leal servidor de su Patria y de su Rey.

Antes de concluir este breve trabajo merece la pena referirnos a un detalle que dice mucho sobre la personalidad y el amor a Málaga de José de Gálvez. Fijémonos para ello en el impreso que utilizaba para los decretos que tenía que firmar como Ministro Universal de Indias.

En este impreso aparecen algunos de sus más importantes títulos: Gran Cruz de la Real Distinguida Orden de Carlos III, miembro del Consejo de Estados de S.M., Secretario de Estado y del Despacho Universal de Indias y Gobernador de su Consejo Supremo … pero antes de todo Regidor Perpetuo de la Muy Noble Ciudad de Málaga.

Es decir: antes que nada tuvo a gala ser lo que hoy sería concejal a perpetuidad del Ayuntamiento de Málaga. Este privilegio lo mereció en agradecimiento de nuestra ciudad por sus desvelos para mejorarla e impulsar su desarrollo: terminar la construcción del Puerto, dotarla de un buen abastecimiento de aguas, encauzar el río Guadalmedina para evitar sus periódicos desbordamientos, construir la Alameda, erigir el Montepío de Cosecheros, el Real Consulado o el Real Colegio Náutico de San Telmo, construir los caminos a Vélez y Antequera, claves para impulsar la exportación de los frutos de la provincia … y lograr que se aprobara la construcción de la Aduana. Por desgracia la muerte le impidió ver el inicio de las obras de un edificio que hoy continúa siendo el más importante de Málaga, después de la Catedral.

Y, ya para concluir, unas significativas palabras que Francisco Cabarrús dejo escritas:

El pasado 2 de enero se ha cumplido el III centenario del nacimiento de José de Gálvez. Sean estas breves líneas un sentido homenaje a un gran político que se esforzó cuanto pudo por la prosperidad y el progreso de España, es decir de la España peninsular y la España de Ultramar.

Málaga, 9 de mayo de 2020

En el 239 aniversario de la conquista de Panzacola