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Exposición del Modelo a Escala del Bergantín Galveztown.

Exposición del Modelo a Escala del Bergantín Galveztown.

El día 13 de julio del pasado año 2009 fue expuesta en la oficina principal del Banco BBVA de Málaga, en la calle Larios, el modelo a escala del bergantín Galveztown, realizada por los expertos malagueños Yolanda Fuentes Benítez y José Gil Florido.

Los datos que han permitido realizar este exacto modelo han sido aportados por los investigadores malagueños Manuel Olmedo Checa y Francisco Cabrera Pablos, ambos miembros de la Asociación Bernardo de Gálvez, y son fruto de los trabajos que vienen realizando desde hace varios años sobre un completo estudio de la biografía de Bernardo de Gálvez en diferentes archivos españoles, mexicanos y norteamericanos.

El acto de inauguración se proyectó para que coincidiera con la llegada a Málaga de la expedición Ruta Quetzal, en la que participan casi 300 jóvenes de cerca de 60 países, y que está dirigida por Miguel de la Quadra Salcedo.

La presentación pública de dicho modelo fue realizada por Miguel Ángel Gálvez Toro, Presidente de la Asociación Bernardo de Gálvez, que estuvo acompañado por numerosos miembros de la Asociación, por representantes del BBVA y directivos de la Ruta Quetzal, además de un numeroso grupo de personas que se congregó en la calle Larios, arteria central de la ciudad de Málaga.

La historia del bergantín Galveztown se remonta a comienzos de 1777, cuando llegó a Nueva Orleáns el malagueño Bernardo de Gálvez, nombrado coronel del regimiento Fijo de La Luisiana y gobernador de dicha provincia española.

Siguiendo las instrucciones de la Corona de España, el joven gobernador comenzó a ayudar a los independentistas norteamericanos protegiendo la navegación por el Misisipí de los buques que abastecían los territorios de Arkansas, Kentucky e Illinois, y también suministrando por cuenta de España y Francia alimentos, pólvora, armamento, uniformes, medicinas y otros muchos pertrechos a los ejércitos del general Washington.

Declaradas las hostilidades contra el Reino Unido, Bernardo de Gálvez llevó a cabo una brillante campaña contra los establecimientos ingleses en el río Misisipí a partir del mes de septiembre de 1779, logrando conquistar para España los fuertes de Manchac, Baton Rouge, Natchez y otros pequeños puestos militares de la zona.

Mientras que se desarrollaba aquella ofensiva, a las cinco y media de la tarde del 11 de septiembre, en el gran lago Pontchartrain, junto a la ciudad de Nueva Orleáns, la goleta norteamericana Morris mandada por el capitán Pickles, entabló combate con el bergantín inglés West Florida, al mando del capitán Payne. El encuentro se saldó con el triunfo de los americanos, pese a que la nave británica era de mayor porte y estaba mejor armada.

Terminada la citada campaña Oliver Pollock, representante del Congreso de los Estados Unidos en Luisiana, como muestra de agradecimiento por tan importantes victorias, de las que él fue testigo, impuso al citado bergantín el nombre de Galveztown, nombró capitán a Pedro Rousseau, que participó en su captura, y regaló el buque a Bernardo de Gálvez.

Tras los éxitos conseguidos en el Misisipí y la conquista de La Movila, en febrero de 1781 Bernardo de Gálvez logró desembarcar en la isla de Santa Rosa para iniciar el ataque a Panzacola. Los ingleses habían dejando un estrecho canal de acceso a ella y construido el fuerte de Barrancas Coloradas para controlar el paso por dicho canal. La ciudad de Panzacola estaba defendida por otros tres fuertes: La Media Luna, El Sombrero y Jorge. Para conquistarlos era necesario que las fuerzas de Gálvez cruzasen a tierra firme desde la citada isla, para lo cual resultaba imprescindible el apoyo de la artillería de los buques españoles.

El navío San Ramón, de 74 cañones, buque insignia de la flota de apoyo, intentó atravesar el canal de entrada según el plan previsto, pero al encallar en una zona de escasa sonda tuvo que desistir de su empeño. Por temor a que el resto de los buques pudiesen sufrir la misma suerte y convertirse en fáciles blancos para la artillería inglesa, la flota quedó al pairo fuera de la bahía, sin adoptar decisión alguna.

Ante tan grave circunstancia, que podía suponer el fracaso de la empresa, Bernardo de Gálvez adoptó una decisión heroica: a las dos de la tarde del 18 de marzo de 1781, a bordo del bergantín Galveztown inició la entrada en la bahía de Panzacola, seguido de tres pequeños buques auxiliares, enviando previamente al comandante de la flota el siguiente mensaje:

Una bala de a treinta y dos que le envío y presento, recogida en el campamento, es de las que reparte el fuerte de la entrada. El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el Galveztown para quitarle el miedo.

Inmediatamente la artillería inglesa abrió fuego, pero ninguno de los 28 cañonazos disparados llegó a alcanzar a la pequeña flotilla, que logró cruzar el canal sin daños. Aquel heroico acto supuso que Bernardo de Gálvez alcanzase fama universal.

Tras casi 50 días de reñidos combates, en los que Bernardo de Gálvez recibió dos heridas, el 8 de mayo de 1781 las tropas inglesas se rindieron, cayendo prisioneros más de 1.000 hombres y capturándose numerosos pertrechos y unas 150 piezas de artillería. En reconocimiento a tan resonante éxito, que además fue decisivo para los norteamericanos, porque despejaba de enemigos su retaguardia, el rey Carlos III ascendió a Gálvez a Teniente General y le concedió el título de Conde de Gálvez.

Acabada la guerra el Galveztown fue adquirido por la Real Hacienda en Nueva Orleáns el 31 de julio de 1784 en 10499 pesos y 8 reales. Al año siguiente, al mando de Lorenzo Delvaux, se utilizó como correo entre Veracruz, La Habana y Nueva York para la comunicación entre Bernardo de Gálvez, ya Virrey de Nueva España, y Diego de Gardoqui, nombrado primer representante de España en los Estados Unidos.

A fines de 1785 Gardoqui informó al ministro de Indias José de Gálvez, tío de Bernardo, del mal estado en el que se encontraba el Galveztown. Poco después, el 18 de febrero de 1786, el ministro autorizaba la construcción de un buque de igual porte y del mismo nombre.

En consecuencia el 26 de junio de 1786 Bernardo de Gálvez dio orden a Gardoqui para que se iniciara la construcción en Nueva York de un nuevo Galveztown en los astilleros de la firma Lynch&Stoughton.

Lamentablemente el Virrey no llegaría a ver el nuevo buque, ya que falleció el 30 de noviembre de 1786. Meses más tarde, el 12 de mayo de 1787, Gardoqui escribía a Floridablanca lo siguiente:

Este bergantín Galveztown es el que he hecho construir de orden de S.M. para reemplazar al viejo de este nombre. Las circunstancias de parecerse al antiguo y la de ser un bergantín le han ligado al constructor bastante; sin embargo su obra es perfecta…

Los documentos localizados por Manuel Olmedo Checa y Francisco Cabrera Pablos en los archivos de Indias e Histórico Nacional prueban que el nuevo Galveztown fue una fiel reproducción del primero, siguiendo los expresos y lógicos deseos del Conde de Gálvez.

La localización de dichos documentos ha sido providencial, aunque fruto del esfuerzo realizado investigando en diversos archivos, pues han permitido determinar con total exactitud las dimensiones y características del bergantín Galveztown sin que haya lugar a duda alguna. Tenía una eslora de 95 pies y 8 pulgadas - unos 29,15 metros- y su manga era de 27 pies y 6 pulgadas - unos 8,22 metros. Desplazaba 334 toneladas, tenía 20 portas para cañones y su coste fue de 21 473 pesos fuertes, 2 reales y 6 cuartos.

Los citados datos, junto con un pormenorizado y exhaustivo inventario del Galveztown, fechado en Nueva York el 12 de mayo de 1787, han permitido la reconstrucción del histórico bergantín. La historia completa ha sido recientemente publicada en el nº XX de la revista Péndulo, editada por el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Málaga.