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Bernardo de Gálvez, hijo de Málaga.

BERNARDO DE GÁLVEZ HIJO DE MÁLAGA.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Bernardo de Galvez Estar en Málaga solo para alumbrarse con la luz de sus costas o la seriedad de sus montañas es insuficiente para despejar la incógnita de esta provincia que se reparte por el mundo entero. ¡Ya quisiera París o Londres! Málaga llega más allá de la geografía y en ella no hay distancias que alejen sino que todas acercan a la Historia de España.

Cuando un pueblo es culto vuela como sus golondrinas más allá de los límites geográficos.

En esos pensamientos estaba cuando apareció D. Manuel Olmedo Checa, de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y Correspondiente de la Real Academia de la Historia. Venía acompañado del Excelentísimo Bernardo Gálvez y de manera evidente aquello me produjo un sobresalto, algo inesperado. Les explico.

Don Manuel traía bajo el brazo un libro, una joya resplandeciente, Bernardo de Gálvez. Reales Cédulas de Su Majestad el Rey Don Carlos III.

Firmado por Manuel Olmedo y Francisco Cabrera, editado por la Asociación Cultural Bernardo de Gálvez y Gallardo, Conde de Gálvez y la colaboración de la Diputación Provincial de Málaga y Unicaja.

Don Manuel debió ver reflejada en mi expresión la ansiedad hacia la lectura de todo lo referente a Bernardo Gálvez de manera que al día siguiente me mandaba otro libro: Bernardo de Gálvez. Yo solo de los mismo autores y colaboradores que el anterior.

No son libros, como alguno creerá, para eruditos o para aburridos anclajes en el pasado ¡no! ni mucho menos. Ni la inteligencia artificial puede acercarse a devorar la historia con el atractivo de estos libros.

Todo ello gracias a la Asociación Bernardo de Gálvez que en un breve plazo de tiempo ha convertido una ilusión en milagro. No me digan que no lo es haber logrado colgar en el Capitolio de Washington el día 9 de diciembre del año 2014 un retrato de Bernardo de Gálvez, un héroe español. Además de que el presidente Obama firmase pocos días después el acuerdo tomado por unanimidad de las Cámaras del Congreso y Senado norteamericanas concediendo a Don Bernardo el honroso título de Ciudadano Honorario de Estados Unidos.

Los libros y el trabajo de la Asociación Bernardo de Gálvez sorprenden por ser amenos desde la introducción hasta el último párrafo, llenos de anécdotas y sobre todo de amor a España. Deshacen malas leyendas, cuentan la verdad documentada y rompen con la falsedad de la gran y única labor civilizadora llevada a cabo por una nación, por encima del resto, con más entrega y dedicación que el resto y sobre todo con más desinterés y amor que el resto. No hay más leyenda que la verdad y el color negro debe cambiar de bando al ver las investigaciones y resultados de estos hombres que investigan la verdad de los que nos han forjado.

Don Bernardo (1746) nació en Macharaviaya un pueblo malagueño de la Comarca de la Axarquía. De padre militar se incorporó pronto al ejército francés para consolidar su empleo de teniente en Chihuahua, capital de la provincia novohispana de Nueva Vizcaya.

No puedo ni es mi intención reflejar aquí quien era Bernardo de Gálvez. Solo atraerles hacia su figura y decir con rotundidad que debería ser uno de los personajes, un héroe español, a estudiar y profundizar en las Academias Militares, antes que cualquier ingeniería; porque este hombre es un ingeniero del alma de soldado.

Iniciador de las operaciones conjuntas en lo militar, capaz de mandar desde un bergantín, capaz de seguir y ejemplarizar con la disciplina, ser un militar de una autenticidad como pudieron serlo Álvaro de Bazán, Blas de Lezo, Hernán Cortés o el Gran Capitán, como nos dicen Manuel Olmedo y Francisco Cabrera.

Vuelvo de Málaga con el tesoro de la amistad legionaria y cofrade. Envuelto en el fervor al Cristo de la Buena Muerte, en los amigos de Mena, envuelto en el amor al Simpecado de la Virgen del Rocío de la Caleta, en el agradecimiento y ejemplo de la Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil, en los amigos de Vélez Málaga. Vuelvo al descubierto, sin más que la entrega a quienes se entregan a España con amor y servicio. Y en esas vuelvo con Don Bernardo de Gálvez, ese malagueño que hoy se abre: <<Luchar por el pasado es luchar por el futuro>>, como nos ha dicho de manera ejemplar María Elvira Roca Barea.

Gracias a Miguel Ángel Gálvez Toro Presidente de la Asociación y gracias a Don Manuel.

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